Querido hijo, no todo lo que brilla es oro. He visto caer algunas estrellas del cielo y quebrarse muchos bastones en los cuales uno confiaba para poderse sostener, por eso, quiero darte algunos consejos y decirte lo que yo encontré y lo que el tiempo me ha enseñado:
- Nada es grande si no es bueno y nada es verídico si no perdura.
- No te dejes engañar por la idea de que puedes aconsejarte solo y que conoces el camino por ti mismo.
- Este mundo material es para el hombre demasiado poco y el mundo invisible no lo percibe, no lo conoce, ahórrate, pues, esfuerzos vanos: no te aflijas y ten conciencia de ti mismo.
- Considerate demasiado bueno para obrar mal.
- No entregues tu corazón a cosas perecederas.
- La verdad, querido hijo, no es gobernada por nosotros... sino que nosotros debemos ajustarnos a ella.
- Ve lo que puedas ver y para ello usa tus propios ojos... y con respecto a lo invisible y eterno, atente a la palabra de Dios. Mantente fiel a la religión de tus padres [pues nuestra tradición es tu herencia espiritual].
- No desconfíes de nadie tanto como de ti mismo; dentro de nosotros vive el juez que nos enseña y cuya voz es más importante para nosotros que el aplauso de todo el mundo y la sabiduría de los griegos y egipcios; hazte el propósito, hijo, de no actuar contra su voz... y si algo piensas o intentas hacer, pónlo primero en la mente y pídele consejo a tu juez interno; al principio, él hablará únicamente en forma muy suave balbuceando como una criatura inocente, sin embargo, si honras su inocencia, soltará su lengua y te hablará en forma más perceptible.
- Aprende con gusto de los demás y escucha con atención donde se hable de sabiduría, dicha humana, luz, libertad, virtud... pero no confies inmediatamente en todo porque no todas las nubes llevan agua y existen diversos caminos para seguir.
- Hay quienes creen que dominan una materia porque hablan de ella... pero no es así, hijo mío, no se tienen las cosas por poder hablar de ellas: palabras sólo son palabras y ten cuidado si fluyen en forma demasiado hábil y ligera, pues los caballos cuyos carros están cargados de mercaderías avanzan con pasos más lentos.
- Nada esperes del trajín ni de los trajinantes y pásate de largo donde haya escándalo callejero.
- Si alguien quiere enseñarte sabiduría, mírale a la cara: si lo ves enorgullecido, déjalo, no bagas caso de sus enseñanzas por más famoso que sea.
- Lo que uno no tiene no lo puede dar, y no es libre aquel que puede hacer lo que quiere sino que es libre aquel que puede hacer lo que debe hacer, y no es sabio el que cree que sabe sino el que se percató de su ignorancia y logró sobreponerse a la vanidad.
- Piensa con frecuencia en cosas sagradas y ten la seguridad que ello te traerá ventajas y así serás como la levadura que fermenta la masa del pan.
- No desprecies religión alguna puesto que están consagradas al Espíritu y tú no sabes lo que pudiera estar oculto bajo apariencias insignificantes.
- Desdeñar algo es fácil, hijo, pero es mucho mejor comprenderlo.
- No instruyas a otros hasta que tú seas instruido.
- Acógete a la verdad, si puedes, y gustosamente permite que te odien a causa de ella; sabe sin embargo, que si tus cosas no son cosas de verdad, cuida de no confundirlas puesto que de ser así vendrán sobre ti las consecuencias; simplemente haz el bien y no te preguntes por lo que de ello resulte.
- Quiere sólo una cosa y ésa quiérela de corazón.
- Cuida de tu cuerpo, pero no de tal manera como si fuera tu alma.
- Obedece a la autoridad y deja que otros la discutan.
- Sé correcto con cualquier persona pero confíate difícilmente.
- No te mezcles en asuntos ajenos y, los tuyos, arréglalos con diligencia.
- No adules a persona alguna y no te dejes adular.
- Honra a cada quien según su rango y deja que se avergüence si no se lo merece.
- No quedes debiéndole a persona alguna, pero sé afable como si todos fueran tus acreedores.
- No quieras ser siempre generoso pero procura ser siempre justo.

- A nadie debes sacar canas, sin embargo, cuando obres con justicia, no te preocupes por ellas... -- Desconfía de la gesticulación y procura que tus modales sean sencillos y correctos.
- Si tienes algo, ayuda y da con gusto... y no por ello te creas superior; y si nada tienes, ten a mano un trago de agua fresca y no por ello te creas menos.
- No lastimes a doncella alguna y piensa que tu madre también lo fue.
- No digas todo lo que sabes, pero siempre debes saber lo que dices.
- No te apoyes en algún grande.
- No te sientes donde se sientan los burlones porque ellos son los más miserables de todas las criaturas...Respeta y sigue a los hombres piadosos, mas no a los santurrones.
- El hombre que tiene en su corazón verdadero temor a Dios es como el sol que brilla y calienta, aunque no hable.
- Haz lo que merezca recompensa, pero no pretendas obtenerla.
- Si tienes necesidades, quéjate ante ti mismo y ante nadie más.
- Lo mejor que puedes dar a un enemigo es el perdón. A un oponente tolerancia. A un amigo, oídos. A tu hijo, buen ejemplo. A tu madre, una conducta que la haga sentirse siempre orgullosa de ti. A tu prójimo, siempre caridad. A ti mismo, amor propio...Cuando yo muera ciérrame los ojos: no me llores...Ayuda y honra a tu madre mientras viva...