domingo, 27 de mayo de 2007

Nunca supe que sentiste por mí


Ya han pasado varios años desde que te conocí, todo empezó como un sueño ¿te acuerdas? nos topamos después de clases, venimos en el bus y nos quedamos conversando.
Desde hace tiempo ya me gustabas y me moría por un beso y así fue: te robé un beso.
Fui totalmente correspondido.
Un beso sincero, profundo y con mucha ternura. El beso que habló por los dos, nunca nos dijimos nada, no teníamos ningún compromiso.
Al final entendí que un beso no es ningún contrato. Estuvimos poco tiempo ¿Pero te confieso algo? ¡Me ilusioné bastante contigo!
Me encantó todo este tiempo conocerte un poquito mas. Me gustaba como me tratabas, tu manera de hablar, de expresarte.
Me encantas.
Jamás nos dijimos nada, no sabía que éramos, creo que jamás fuimos algo ¿pero sabes? te llamé hasta el cansancio.
Muchas veces siempre me contestaba tu mamá o tu hermana y me decían que no estabas. A veces pensé que estabas ahí pero te hacías negar, quizás te cansaste de mí. Jamás pude entender por qué.
Nos volvimos a ver a los seis meses. Mi corazón empezó a palpitar rápidamente, mis manos y mi voz temblaban y sin poder decirte nada, solo mirarte. Que bonita esa sensación.
No sabíamos como saludarnos y actuábamos como si nada, nos besamos y después ninguno de los dos dijo nada, me ilusioné, pensé que habíamos regresado ¡Pero por qué si nunca estuvimos!
Desapareciste de nuevo.
Te llamé y nunca estabas. Nos volvimos a ver después de un tiempo ¿te acuerdas? nos quedamos en ver en la parada donde siempre tomábamos el bus ¿te acuerdas?
Ese día intercambiamos unas pulseras. Yo todavía la tengo y conservo como un bonito detalle.
Después otra vez desapareciste.
No te volví a ver hasta cierto tiempo en que te llamé y nos quedamos en ver en la esquina de la fábrica.
Yo estaba aprendiendo a conducir. Dimos unas vueltas con el carro de mami, fue algo bonito, porque te vi la pulsera que llevabas puesta. No se si al final tu sentiste algo por mí o a lo mejor todavía lo sientes.
Me agradó mucho verte y después otra vez desapareciste.
Te llamé varias veces, incluso te dejaba mensajes no se si te los dieron o no los querías escuchar.
Te volví a ver después de un tiempo, me llamaste a desearme un feliz día del amor y la amistad.
No podía creerlo que me habías llamado y me invitaste al cine. Debes acordarte. Nos encontramos en el recreo. Fue bonito pues nos volvimos a ver después de graduarnos, la verdad la pasé muy bien, pero estuviste distante.
Después me fuiste a dejar a mi casa y nos besamos.
Fue muy bonito, pero después nadie dijo nada.
Nos despedimos y de ahí te volví a ver después de un tiempo. Yo venía del trabajo y te encontré por pura casualidad.
Me acompañaste a la casa, me dijiste que estaba bonito y que había engordado ¡que estaba bueno! que tenías deseos de tocarme. Ya no quería seguir con esto porque me hacía daño.
Hablamos de quién dejó a quien. Te dije que te quería y que no te había olvidado ni un minuto. Tú también por primera vez, me dijiste que me querías pero nunca llegamos a una conclusión y ningún arreglo entre los dos.
Nos besamos muchas veces, te acuerdas paso algo bonito ese día: me tocaste.
Sentí tus manos en mi cuerpo, fue la primera vez que alguien me tocaba y quizá estuvo mal pero sentí mucha ternura. Días después me llamaste, me alegró mucho escucharte, quedamos en vernos y así fue y ahora si pensé que íbamos en serio.
Pero otra vez desapareciste. Te llamé y nunca te encontré. Me acuerdo que te di mi cuaderno para que me lo regresaras haciendo grafitis y estaba muy bonito, traté de olvidarte pero no pude, ahora cuando te vi actué como si nada.
Aunque mi corazón quería hablarte no lo dejé, solo te saludé y me pasé al final.
Nunca se que pasó, si alguna vez sentiste algo por mí ¿me quisiste un poquito, aunque sea un poquito de lo que yo te adoré? pues ahora solo pienso en esforzarme por ser cada día un mejor hombre, tratando de olvidarte y seguir mi vida. Te quiero.

viernes, 11 de mayo de 2007

Así te amo

Te amé sin que lo supiera,
busqué tu memoria que había enterrado,
te encontré, te toqué y se detuvo mi vida.
Frente a tus ojos encontré mi pasado,
tomaste mis manos como si hubieses tomado mi alma.
Eres como un ángel y un verdugo,
que me hace caer en un abismo
en el cual no puedo detenerme,
he querido escaparme de este laberinto
que es mi vida y mi muerte,
pero ya no puedo detenerme,
has robado mi aliento,
has ganado mi vida, y me has hecho saber que
cuesta trabajo respirar lejosde ti,
pues cada vez que me alejo siento que muero.
Te amo, como se aman las cosas oscuras,
entre la SOMBRA y el alma, entre el pecado y la gloria.

lunes, 7 de mayo de 2007

Lo realmente importante es:


Este año -lo que va de el- ha sido un enorme reto personal, ya que a veces tenemos unas convicciones tan claras de lo que creemos que esta bien o mal, de cómo son las cosas, de cómo deben ser las personas y de qué podemos esperar de ellas, cuando la realidad es que no se puede esperar nada de nadie.
Hay que dejar que las cosas surjan espontáneamente, que cada quien las sienta y de verdad entienda qué es lo que quiere hacer.
La luz que me llevó a escribir esto, fue el hecho de pensar que muchas veces queremos aferrarnos a algo o alguien como tabla de salvación, para no vivir como náufragos solitarios en este enorme mar que es la vida, pero en el fondo sabemos que esa tabla no es lo que queremos.
Y vivimos con este engaño para pasar el momento, o poder seguir sobreviviendo, porque creamos cierto apego emocional, que lo justificamos con la simple frase de “estoy bien”, y te quiero o me gusta o me encanta aquello, cuando en el fondo no eres feliz con eso que tienes.
Y no porque quien este a tu lado, no sea una maravillosa persona.
Simplemente cuando vienes arrastrando cosas de tu pasado, relaciones anteriores que no han sido superadas del todo, que terminaron por tu indecisión de lo que realmente querías o esperabas que fuera, o cuando la rutina llegó al punto de hacerte pensar que esa relación ya no era para ti, porque sentías que no había futuro y no se estaba avanzando, entonces te llega la maravillosa oportunidad de replantearte las cosas que son realmente importantes para ti, para sentirte bien tú por lo que eres, no por que nadie quiera que seas de una manera u otra.
No es bueno estar solo todo el tiempo, pero resulta muy interesante poder aprender a convivir con tu soledad, porque tienes el tiempo suficiente para analizar cada uno de tus pasos y descubres inmensas oportunidad de mejoras para ser aún mucho mejor de lo que eres.
En conclusión, descubrí que lo que realmente importa es, ser siempre uno mismo, tratar a los demás como quisieras que te trataran (y se que muchas veces hemos oído esta frase, pero escucharla y practicarla son cosas realmente muy diferentes), jamás etiquetar a las personas porque te sorprenderías de la infinidades de virtudes que poseen, y que cuando llegues a encontrar al amor en tu vida, o le des paso a una nueva persona, sopeses lo importante que es poder conversar un largo tiempo sin aburrirte.
Ahí entenderás, que quien este a tu lado se convertirá en tu mejor entretenimiento, compañero de penas y alegrías, y vivirás la vida mas intensamente, pudiendo disfrutar de los pequeños detallitos que tenemos en este inmenso mar y al final entenderás que es lo realmente importante.